En un anterior correo os comentaba el problema del hijo de un amigo mío. Si lo leíste en su día pero no te acuerdas, te lo dejo aquí para que tengas el contexto: “Con una mano delante y otra detrás”
El caso es que en su búsqueda de casa, pasándose el día buscando en Idealista, Fotocasa y demás páginas, al final han recurrido a una inmobiliaria para acelerar el proceso.
El tiempo se les echaba encima y no podían dejar pasar más meses sin dejar el tema zanjado.
Como sabrás por ti mismo, o algún familiar o amigo, los precios de la vivienda están desorbitados.
Y si por fin te decides por alguno, empieza lo bueno.
Abres el Excel y comienzas a llenar celdas.
Sigue leyendo y en un minuto lo entenderás.
Pasa como cuando mascas un chicle al que ya no le queda sabor.
Tratas de rascar hasta debajo de las piedras.
Aquí todo el mundo trinca.
Hay que sumar el trocito del pastel que se lleva cada parte.
- Hacienda que no falte para alimentar al Estado,
- Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales de al menos el 6% en Madrid.
- Honorarios de la inmobiliaria al comprador del 3% y al vendedor de otro 3-5%.
- Notarios, tasadores, gestoría,
- Intereses del Banco y resto de vinculaciones para conseguir bonificaciones.
Bienvenido al fantástico mundo del hipotecado.
Mucha gente tiene que comer.
Pero lo vas a pagar tú.
¿Te sientes más como un hámster en su rueda, corriendo sin llegar a ninguna parte?
Lo mismo ocurre con tu empresa.
Las verdades absolutas no existen. Cada negocio es un mundo.
Así que lo que me funciona a mí, no tiene por qué funcionarte a ti.
Peter Drucker decía que los negocios no deben quedar en manos de los financieros o los abogados, sino de los comerciales y los innovadores.
Muy de acuerdo.
Ya lo preguntaba la semana pasada, “Cuál es el CEO ideal ¿Financiero? ¿Visionario? ¿Técnico?”, pero hoy vengo a hablar de números, y éstos hay que controlarlos bien para que no se desmadren.
Si no controlas de finanzas, cuando crees que va bien en tu negocio, realmente estás nadando para morir en la orilla.
Tienes que entender que hay detrás de cada balance.
Costes fijos, variables y operacionales.
Tener bien claro una previsión de gastos directos e indirectos.
Para que luego no te pille el toro o creas que dispones de más de lo que tienes.
La realidad en muchas negocios: empresa vs hipoteca.
Sólo ves que quemas cash y las cuentas no salen.
Te propongo empezar a aprovechar lo que ya tienes dándole una vuelta de tuerca.
Y así hacer que tu negocio sea viable y competitivo.
Tomando decisiones basadas en cifras y datos.
Deja de quemar dinero.
P.D.1. Si te lo estás pensando.
P.D.2. No habrá mejor momento que ahora.
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