El revuelo de esta semana sigue trayendo miga. Tras varios días de incertidumbre, finalmente, el juez ha paralizado el bloqueo de Telegram en España.
Una medida polémica tras la denuncia de Mediaset, Atresmedia y Movistar Plus por el uso no autorizado de contenidos audiovisuales con derechos de autor.
De haberse producido, España se uniría a la lista de China, Irán o Pakistán, países en los que tampoco está permitido.
Para muchos, esta prohibición era una «censura» y un atentado contra la «libertad de expresión«. Algo que cómo están las cosas últimamente, ya no sé si me sorprendería mucho.
La medida era excesiva y desproporcionada, pudiendo haber marcado un punto de inflexión.
Ya que esa incidencia afectaría al resto de usuarios que lo están usando bien.
No parece que todos ellos sean potenciales delincuentes, y lo que es peor, los que hacen uso fraudulento saben saltarse a la torera las medidas, a juzgar por la cantidad de tutoriales que se han publicado sobre cómo saltarse el bloqueo en cómodos pasos.
Se quiso matar al mensajero en vez de cerrar el canal o los canales que emiten el contenido pirata, sin tener en cuenta los millones de usuarios, empresas e información útil que contiene Telegram.
Pero hoy no vengo a contarte la noticia.
Lo que quiero es QUITARME EL SOMBRERO ante las empresas que, según conocieron la noticia, se pusieron manos a la obra para poder seguir ofreciendo sus servicios de manera alternativa.
Ahora mismo estoy en varios grupos de trabajo que usan Telegram y, según salió anunciado el posible cierre, cinco minutos de protestas, improperios y malestar… pasando enseguida, manos a la obra para solventarlo y buscar remedios paralelos.
Muchas personas o compañías se quejan, quejan y siguen quejando.
Otras cogen el toro por los cuernos y buscan soluciones.
Mejores o peores, pero NO se quedan quietos o esperando a que después de semana santa se arreglen las cosas.
Como siempre digo: “Sin prisa pero sin pausa. Tempus fugit”.
No dejaron pasar el momento.
Se crearon grupos y canales alternativos en Whatsapp.
Nos enviaron un email para informarnos de posibles herramientas y opciones alternativas que utilizar.
Medidas para volver a la normalidad.
Esto que ha pasado con Telegram sienta un precedente peligroso y no me fiaría mucho de lo que pueda suceder de aquí en adelante con otras herramientas.
Lo mismo puede ocurrir con otros cambios en tu empresa. Y, de pronto, te ves con el agua al cuello.
Un proveedor que renuncia a servirte.
Clientes importantes que dejan de comprarte.
Problemas técnicos en tu industria.
Una caída de servidor o un hackeo en tu web.
Depender de redes sociales o el peligro de construir un negocio en plataformas externas de las que no tienes el control al 100%.
Desde luego, ya no se trata de algo opcional. Va mucho más allá.
Son muchos los problemas que se pueden presentar a corto y medio plazo.
Lo importante es cómo actúas ante ellos y la velocidad en la que lo haces.
Para el caso de hoy, creo que la aplicación seguirá funcionando y operando con normalidad para la gran mayoría de usuarios.
Como dice Marc Vidal “Lo de Telegram es sólo una anécdota. El asunto es más global y complejo…”
No podrán poner puertas al monte y entraron en cordura suspendiendo el bloqueo de manera cautelar.
Lo importante que quiero que pienses o te haga reflexionar es:
- ¿Tú y tu equipo estáis preparados ante una incidencia repentina?
- ¿Tenéis los mecanismos necesarios para saber reaccionar?
- ¿Tu empresa se balancea sobre la tela de una araña? (No hace falta que cantes esta última opción).
Simplemente imagina que mañana te llaman y te dicen que algo no funciona como ayer.
- ¿Estarás de vacaciones de Semana Santa y ya lo veréis el lunes?
- ¿Te entran los sudores fríos o mantienes la calma y en un par de llamadas lo tienes solventado?
Las cosas como son, tendremos nuestras cosillas, pero en España no te aburres.
Éste es el momento.
No mañana, no la semana que viene.
La solución está en ser previsor
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