En el artículo de hoy pongo un poco las pilas a toda esa gente que se queja y crítica, pero que no hace nada para cambiar “su suerte”.
Me he levantado guerrero.
El lunes salió la lista de los 100 españoles más ricos 2023.
Supongo que ya habrás notado que muchos de esos millones no los verás ni en 3 generaciones.
Amancio Ortega, Sandra Ortega, Rafael Del Pino, Juan Carlos Escotet, Juan Roig,… Empresarios que se distinguieron del resto de mortales, de sus congéneres, de los homínidos.
Ahora con un patrimonio donde los ceros no entran en la calculadora (SÍ en el Excel y en la cuenta del banco).
Al contrario de muchos críticos y haters que salen como las setas de otoño, pobres diablos, hay muchos envidiosos por el mundo.
Anticapitalistas de carnet caducado. Que si se lo han dado todo hecho. Que si no mueven un dedo excepto amasar fortuna. Todo es gracias a sus “papis”. Que si es por su cara bonita.
Farfolla de celosos y resentidos.
Hoy no vengo a soltar la lagrimita, al revés, vengo a valorar lo bien que lo han hecho.
Pongo en valor el mantenerse año tras año allí o aparecer por primera vez.
Ya te digo que algunas personas que conozco no valen ni para hacer la “o” con un canuto o que si les dejases esa cantidad de millones se la pulirían en menos de 5 años.
Hijos que han arruinado la empresa familiar con más de un siglo de historia.
Y aquí mi experiencia personal.
El otro día fui a comer con un amigo y a mi lado, Florentino Pérez (presidente del Real Madrid) y José Ángel Sánchez, director general.
Cuando se levantaron, todo el mundo fue a pedirle fotos a Florentino. De José Ángel pasaron como si fuera uno más entre ellos.
Lo primero que comenté, “prefiero ser el segundo y no estar en la palestra”.
Me gusta ser reconocido por mi círculo más personal o profesionales de mi sector.
A muchos de la lista de Forbes te los encuentras por la calle y seguro que más del 95% de la población ni les reconoce.
Por no decir el 99.9%.
Nos pusimos a hablar y debatir quién preferiríamos ser.
Piensa tú también dónde te ves más reflejado.
Es entonces cuando te lanzo otra lista.
Me gusta lo que leí ayer de Omar de la Fuente en su listado de deseos ocultos. Éstos se dividen en diferentes categorías. Resumo.
Estatus:
- Sentirnos respetados por los demás
- Reconocimiento
- Sentirnos independientes
- Sentirnos inteligentes
- Sentir que somos buenas personas
Dinero o remuneración:
- Tener seguridad
- Conseguir resultados / Progresar / Alcanzar logros
- Mejorar nuestro rol profesional
- No tener un techo de ingresos
Felicidad:
- Tener una mentalidad fuerte y de abundancia
- Tener confianza y creer en mí
- Respetarme
- Tener un mayor compromiso conmigo mismo
- Ser coherente con mis decisiones
- Tener fuerza de voluntad
- Ser lo que realmente puedo ser
- Conciliar la vida profesional y la personal
- Tener una salud mejor
Libertad:
- Priorizarme
- Disponer de mi tiempo de otra forma
- Ser auténtico
- Dejar de compararme con los demás
- Tener tiempo para hacer lo que me gusta
- Dejar de tener miedo a equivocarme
La clave está en que de cada uno de esos deseos ocultos, puedes hacer un negocio.
De resolver uno solo de esos problemas.
Ojo, no es poca cosa
Además de todas las características de arriba, falta la habilidad de hacer dinero.
No seré yo el que venga con eufemismos o tabúes.
¿Salud, dinero o amor?
Para mí, sin lo primero, poco se puede hacer, pero y con lo segundo…
¿Si ganases más dinero o fueras multimillonario, serías más feliz?.
A más dinero, más felicidad.
O al menos más opciones y posibilidades.
O al menos, y esto sí que es muy importante, menos quebraderos de cabeza.
Dime qué opinas, dime qué te parece, lo ves bien, lo ves mal… me estoy equivocando, o no.
Como indiqué en otro de mis artículos: Me gusta más el dinero que los plátanos
Cada semana suelo reunirme con uno o dos empresarios con lecciones que les ayuden a gestionar mejor su negocio y así ganar más dinero y vivir mejor. ¿Quieres ser tú el siguiente?
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