Generalmente no veo mucho la televisión, prefiero informarme de las noticias por gente de Twitter fiable o periódicos online de ambos colores.
Así puedo contrastar lo que dicen cada uno de ellos y me quedo con la sustancia.
Como dijo Roosevelt en su momento: “Existen tantas opiniones como expertos”
Aunque mucho más me gustan las palabras de Jack Ma, fundador de Alibaba, y uno de los hombres más ricos del mundo: «Si pones plátanos y dinero delante de los monos, los monos elegirán los plátanos porque los monos no saben que el dinero puede comprar muchos plátanos”.
Pues fue poner varios canales cuando me di cuenta que en la mesa de tertulianos siempre estaban los mismos.
Saben de todo.
Se supone que son expertos en cualquier materia.
Un día te hablan del grado de combustión de la lava del volcán de La Palma, hoy de la historia de Gaza-Israel, que por la tarde de derecho constitucional y amnistía.
¡Me saca de quicio!.
Es como si me preguntan a mí del apareamiento de la mariposa monarca.
Seguramente si me pongo, puedo dar algo de conversación o aportar algo al debate, pero si no sé de algo, me callo y prefiero preguntar a los que realmente saben.
A los que se han especializado.
A los que se han diferenciado.
A los verdaderamente expertos.
A los que dedican tiempo cada día aprendiendo cosas nuevas.
Nunca está de más rodearse de los mejores.
No todos podemos saber de todo.
Y no a esos «asesores» o gente de pacotilla, incluso de renombre, pero que les pones con las manos en la masa y no saben hacer la “o” con un canuto.
Es ir haciendo zapping y cada vez me entraba más bochorno. Tertulias del conflicto de palestina con Lolita, Belén Esteban y demás gente de la farándula. En otro canal, un expolítico comentando el piquito de Rubiales. Cambias, y sólo falta Aramis Fuster viendo el futuro del precio del aceite.
Me da pena.
Y todo esto ¿a qué viene?.
Lo mismo pasa con tu empresa y tu equipo.
No todos deben saber hacer de todo. Es bueno conocer por encima lo que se mueve en el resto de departamentos,
pero no todo el mundo tiene que saber gestionar igual que alguien que lleva años o décadas haciendo lo que mejor sabe.
La metodología de equipo, los procesos, ventas, marketing, atención al cliente… Eso que nadie cuenta y marca la diferencia.
La experiencia es un grado y más sabe el diablo por viejo que por diablo.
Únete a gente que te complemente y te haga escalar.
Rodéate de buenos consejeros que hayan vivido o hayan podido estar en situaciones similares.
Muchas personas y empresas nunca saldrán de su zona de confort (por poco confortable que sea) y cómo romper el bucle.
Y te voy a confesar algo: a mí me gusta estar al lado de gente que le pica el gusanillo.
De personas influyentes.
De profesionales que buscan el éxito.
De felinos de los negocios.
De players de la mentalidad.
Porque el miedo paraliza.
Y ante los cambios, lo que tienes que hacer es adaptarte… No pararte.
O te mueves,
O te quedas atrás en cuestión de dos días.
Y te lo digo yo, que ya tengo mis años.
Si te interesa, te invito a que escuches la última entrevista que me hicieron en el programa «Negocios de Carne y Hueso”,
Sólo 5 minutos para aquellos que tengan ganas de hacer cosas y quieran tener los próximos 20 años más interesantes de su vida.
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