Me he levantado a las 7, después de que un pequeño ruidito, acompañado de una agradable música, me haya despertado diciéndome ¿qué tal has dormido? Hace una mañana espléndida aunque algo fría. Mientras desayunas te cuento lo que tienes hoy pendiente.
El sonido y la voz con su música proviene de un implante biológico que me hice hace unos meses. Está detrás de la oreja, subcutáneo e invisible, integra varios chips que permiten una comunicación directa interna con mi oído y externa de salida a Internet. Le llamo Mary aunque su corazón es un bot inteligente de última generación con cientos de aplicaciones. Pago por el implante y su mantenimiento y algún que otro extra por cada una de las funciones que no vienen instaladas de la marca.
De momento utilizo las aplicaciones de secretaria al completo y estoy considerando añadirle las funciones de comercio electrónico y probablemente, negociación. Estas últimas le permiten a mi bot que “negocie” sobre mis datos. Quien los quiera tener que los pague y hay empresas que, por usarlos, me pagan una parte de lo que ellas cobran a sus clientes.
Tanto Facebook como Google lo tienen claro, el futuro va desde las apps actuales a los bots inteligentes del futuro. Ambos quieren un ecosistema propio que les permita captar desarrolladores que utilicen su plataforma para sus propuestas de soluciones concretas.
La conjunción del Big Data con la IA (Inteligencia Artificial) nos va a dar más de una sorpresa en el futuro próximo. La descripción que hago aquí no es exagerada y podremos contar con soluciones parecidas en menos de 5 años. Quizás lo del implante nos lleve un par de años más pero los bots permitirán este tipo de servicios –a lo mejor inicialmente utilizando equipos existentes- de manera global y adaptados a las necesidades individuales de cada usuario.
Las grandes empresas de Internet, Amazon, Apple, Google, Facebook, Twitter… van a tener que tomar posiciones en la utilización de este tipo de software. Los ecosistemas cerrados de Android y Apple no parece que vayan a ser los únicos que, como han hecho con las apps, puedan controlar el futuro de los bots.
Vivimos momentos muy interesantes con jugadores de gran nivel, sin deuda y capaces de movilizar cantidades ingentes de dinero para comprar cualquier solución que se mueva en la dirección adecuada.
No os lo perdáis. No habéis visto nada todavía.
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