No te alarmes, no he acabado en el hospital, aún sigo como un roble. Pero tu empresa sí puede acabar en reanimación y urgencias.
Esta semana, he estado de visita hospitalaria, aunque por un motivo algo más positivo: El nacimiento del hijo de un amigo.
Sin embargo, entre salas de espera y gente de un lado para otro, me fijé en cómo se comportan muchas personas llegado el momento.
Generalmente, acabamos en el hospital por una enfermedad que nos diagnostican los médicos. A menudo, cuando ya nos empieza a doler o notamos algo extraño en el cuerpo que no nos cuadra.
Sin embargo, muchas veces, no ponemos remedio o prevenimos antes de que suceda.
Es como si alguien que fuma, luego acaba con cáncer de pulmón. Antes o después se venía venir.
Lo mismo pasa con tu negocio.
Hay señales y luces de emergencia, que indican que algo va mal o no funciona cómo debería.
En lugar de ponerle remedio, seguimos dejándolo pasar. Hasta que llegado el momento, las facturas o los números hacen que la empresa se vaya a pique y no tenga curación.
Si no quieres quedarte sentado en la sala de espera, nervioso, preocupado y preguntándote cómo llegaste a ese punto.
Mejor anticiparse y lidiar con cualquier tipo de crisis, problemas y desafíos que podrían haberse evitado.
A veces, nos encontramos en urgencias buscando una solución rápida para aliviar el dolor o resolver una dolencia.
Incluso luego vamos a matacaballo y, como escribí hace unas semanas, “Las prisas no son buenas consejeras”.
¿No es esto similar a cómo algunas empresas se enfrentan a los problemas?
¿Qué pasaría si pudieras cambiar este enfoque y ser proactivo en lugar de reactivo?
Al igual que cuidamos nuestra salud con chequeos regulares y hábitos saludables, debes hacer lo mismo con tu empresa.
Siempre comento que no te de miedo hacer una consultoría cada cierto tiempo.
Pero eso puede indicarte el cómo estás ahora.
La estrategia que usas hoy estará anticuada mañana.
La forma en que la usas, también.
Por eso tienes que ver más allá y no quedarte en un simple chequeo rutinario.
Debes analizar de cerca las operaciones, identificar posibles áreas de riesgo, mejorar los puntos de innovación y digitalización, enfocarte en esos productos en los que sacar más rentabilidad…
Cuando entendemos mejor nuestro cuerpo y cómo cuidarlo, estamos más equipados para prevenir enfermedades futuras.
Igual ocurre con tu negocio.
Conoce sus entrañas y genera soluciones más completas.
Poco más que añadir.
Bueno sí, una cosa más.
No soy médico, pero sí he visto muchas empresas en mi vida.
Por ello, con mis sesiones de Discovery e IMPULCEO, te quedará claro en qué departamento deberás invertir más, sobre qué objetivo poner el foco, qué hacer para mejorar las cifras y beneficios de tu compañía…
Y, sobre todo, cómo hacer que tu empresa NO acabe en la UCI de aquí a unos años.
0 comentarios