Imagina integrarte verticalmente y tener el control total sobre cada eslabón de tu cadena de suministro, desde la materia prima hasta la venta del producto final.
Suena atractivo, ¿verdad?
Pero, ¿qué pasa si este control se convierte en una trampa que limita tu competitividad?
La integración vertical es una estrategia que ha vivido altibajos a lo largo de la historia…
En realidad, va de modas.
Si estudias el pasado de las grandes empresas, verás ambas tendencias.
En una época han sido muy pro integración vertical y, en otras, han vendido todo lo que no era “core” y se han centrado en éste.
La integración vertical –compras a tus proveedores y les conviertes en filiales– tiene muchas ventajas y también inconvenientes.
La principal ventaja es la capacidad de gestionar mejor tu cadena de suministro y conocer mejor los costes a lo largo de la misma.
El mayor problema es que tiendes a dejar de comparar precios, y compras más de lo que debieras a tu proveedor interno.
Pierdes competitividad.
A mí las fusiones de empresas me parecen mejor que el integrarte verticalmente, cuando complementan tu negocio, traen nuevos clientes y participación creciente de mercado.
También es interesante cuando te amplia el entorno –por ejemplo, te permite entrar en otros mercados internacionales-, te da acceso a un mercado específico que no controlabas –por ejemplo, nuevos concursos públicos– o te hace ganar el tamaño que necesitas para optar a proyectos más jugosos.
Recuerda, la mayoría de las compras de empresas, fracasan.
Casi siempre es por la falta de coincidencia en la cultura de empresa o por la tendencia natural del “esto es mío” y lo que tú me traes no me gusta.
Si quieres comprar una empresa, asegúrate de que la puedes encajar, prepara a tu gente y debes estar encima de la integración en todo momento.
Puedes tener mucho éxito.
Pero no viene automáticamente incluida con la compra.
Se cuidadoso y generoso con los nuevos empleados.
El éxito dependerá de tu capacidad para integrar las nuevas piezas del puzle en tu visión de empresa.
Ya te comenté el caso de TESLA, y como su integración vertical le está proporcionando ahorros de costes, pero veremos si a largo plazo esto puede ser una pérdida de calidad… lo importante es que cada empresa debería revisar su situación de equilibrios, entre costes, calidad e innovación.
¿Has revisado este equilibrio en tu empresa? Espero tus comentarios…
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