Cuando desarrollamos relaciones duraderas y círculos virtuosos, apreciamos una dimensión donde la colaboración y la lealtad pueden tejer el éxito a largo plazo, tanto a nivel personal como profesional.
Te mostraré el potencial que estas conexiones pueden alcanzar…
Los círculos virtuosos entre personas se auto afianzan con el tiempo.
Pueden empezar en el colegio, en la universidad, en tu primer trabajo.
Pero es importante que los cuides, te pueden ayudar mucho con el tiempo.
Los que, como yo, tuvimos unos padres itinerantes, lo que no nos permitió hacer amigos desde la infancia ni después, vemos ahora con envidia sana, por ejemplo, a mis hijas.
Tienen amigos desde que tenían 4 años en el parvulario.
Hoy se acercan a los 40 años.
Son 36 años de amistad y forman parte de ese tipo de círculos virtuosos que se afianzan con los años.
En el mundo de la empresa, el círculo virtuoso empieza con aquellos clientes que llevan tiempo, en algunos casos muchos años, comprándote y siendo fieles a tus productos o servicios.
Muchas veces los descuidamos.
Damos prioridad a aquellos que son nuevos clientes y olvidamos a los de siempre.
Craso error.
Son la clave para poder empezar a generar círculos virtuosos.
Mirad lo que hacen, por ejemplo, las grandes consultoras, KPMG, Deloitte, Accenture, E&Y y las grandes tecnológicas, IBM, Microsoft, ORACLE… todas ellas tratan a sus exempleados de manera especialmente buena, y muchos se independizan gracias a sus ayudas iniciales.
Por ello, siempre le tendrán un cariño especial.
¿Por qué la PYME lo descuida?
Habla mal del talento que se les va -por dinero dicen- y no ven más allá la posibilidad de abrirles “puentes de plata” para que nos recuerden bien y piensen en nosotros cuando surja una oportunidad.
Quemamos a los que se van.
Nunca les echamos de menos.
Es más, pensamos, “mejor que se hayan ido.”
¡Grave error!
Crearse enemigos es siempre una mala práctica y la PYME tiene que aprovechar todo lo que consiga.
Resulta que has tenido un chico o chica durante 5 años, le has enseñado todo lo que sabe y, cuando se va, le ves como un malnacido que no ha sabido pagar tus desvelos.
Te debe todo lo que sabe.
Mejor que mejor, apóyale más allá de tu empresa y haz que se sienta ligado a ti, en el fondo lo sabe, y si se lo pones fácil, te lo devolverá con creces en el futuro.
Aprovecha el talento que creas.
¡Haz círculos virtuosos alrededor de tu PYME!
Es evidente que invertir en relaciones auténticas y duraderas ofrece los mayores retornos posibles.
Estas conexiones, forjadas sobre la base de la confianza, el respeto mutuo y el apoyo total, no sólo enriquecen nuestro día a día, sino que también pueden abrirnos puertas a oportunidades inesperadas.
Mantén relaciones duraderas con tus clientes y haz que siempre te recuerden como un producto o servicio excepcional.
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