Los inversores son un mal necesario. Eso por lo menos es lo que piensan la mayoría de los emprendedores. Les necesito porque necesito su dinero pero, en realidad, los buenos inversores aportan mucho más que solamente dinero y por ello, los emprendedores hacen mal en no cuidarles, precisamente, cuando ya no les necesitan por su dinero.
Las grandes empresas de Internet, si se analizan bien, además de tener unos emprendedores con gran capacidad de sufrimiento, iniciativa y trabajo duro, suelen tener unos inversores que, en los momentos cruciales de la empresa, han sabido aportarle calma y visión, en muchos casos han sido clave en la contratación de personal clave, firma de alianzas estratégicas o absorción de un competidor.
Mi consejo es que hay que buscar inversores con tiempo, mucho antes de que necesitemos su dinero y con el necesario análisis para entender que es lo que nos pueden aportar más allá de su billetera.
Otro aspecto clave es el de sus contactos internacionales. Las start-ups españolas, en su mayoría, terminarán siendo vendidas al líder del mercado mundial o, por lo menos, europeo y los contactos de nuestros inversores más allá de nuestras fronteras pueden ser la clave de un precio mucho más alto que si nos vemos obligados a vender en un mercado tan estrecho como el español.
Existe lo que se ha denominado siempre ‘smart money’ pero no todos los fondos o inversores lo son.
Por ello es tan importante, antes de visitarles, saber lo máximo posible sobre ellos, sus inversiones anteriores y el nivel de satisfacción que otros emprendedores tienen con ellos.
La tendencia de la mayoría de los emprendedores es aceptar el primer dinero que consigan. Rara vez coincide con que sea el mejor. Hay que tomarse tiempo y planificar las rondas con tiempo para poder escoger compañeros de viaje que realmente nos puedan ayudar más allá de su inversión.
Los fondos españoles están ahora empezando a ser conocidos fuera, unos más que otros, y aquellos que ya han hecho operaciones con socios internacionales tienen una ventaja sobre quienes, de momento, se han limitado a hacer negocios dentro de España.
En cualquier caso, cuidar a los inversores quiere decir mantenerles siempre al tanto de lo que hacemos, de nuestros resultados y de aquellas desviaciones que nos sorprenden. Implementar con ellos una transparencia completa es clave para tener su confianza y poderles pedir ayuda cuando verdaderamente la necesitemos.
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