Si me lees cada día o me sigues en las redes, sabrás que hay dos deportes que me apasionan: El golf y el tenis. Ayer fue un día grande, no puedo disimular que soy fan de Rafa Nadal.
Según terminó el partido ya estaba escribiendo el artículo de hoy.
Me hizo pensar, y mucho, y no quise dejarlo pasar.
Soy más de admirar que de idolatrar…, pero, en este caso, Rafa está en ambas, incluso más allá de las pistas de tenis. Inspiración permanente.
Si no lo sabes, casi un año después, Nadal regresó tras su lesión y lo hizo con triunfo.
Vuelve a la competición y al circuito por todo lo alto y llenando las gradas.
Vuelves a verle recuperado como si tal cosa.
Rafa vuelve a levantar los brazos. Rafa vuelve a ganar.
Algo impensable para cualquier mortal.
Sólo Rafa Nadal sabe lo que ha sufrido.
Pone los pelos de punta.
Tras bajar al puesto 672 del ranking ATP, puede ser difícil tanto mental como físicamente para alguien que ha estado en el número 1 y haber sido uno de los mejores deportistas españoles de la historia, por no decir el mejor.
Aunque me emociono a cada palabra, hoy no escribo para el As o el Marca. Tampoco para darte lecciones de mindfulness o coaching de superación personal.
Me importa más el paralelismo entre este extraterrestre y tu visión empresarial/liderazgo.
Primera lección del año. «Lograr aquello que has soñado te hace feliz, pero sobre todo, te hace feliz recordar el esfuerzo empleado para lograrlo.»
Seguro que volverá a abrir portadas y lo mismo puede ocurrir con tu empresa.
Nunca rendirse.
En tu negocio o departamento también pasarás por altibajos. Hay un momento en el que es necesario parar, reflexionar y ver cómo avanzar.
En mis sesiones de ImpulCEO lo veo a menudo y tengo una buena noticia. La situación se puede revertir. El resultado lo avala.
En uno de mis últimos emails del 2023 hablaba de propósitos u objetivos de este año. Un plan a futuro, a corto y largo plazo.
Imagina lo que habrá pasado por la cabeza del rey de la tierra batida.
Después de incontables horas de sudor y rehabilitación, ayer Rafa Nadal regresó al tenis, no sólo como jugador, sino como testimonio del poder inquebrantable del esfuerzo y amor propio.
Sí, él luchó contra el dolor, las dudas y la ilusión de volver a ganar algún grande.
En tu vida o empresa, te enfrentarás a tus propias batallas.
Coge el toro por los cuernos y enfréntate a tus desafíos de frente.
Algunos te dirán que no podrás o que no lo intentes.
Que fracasarás, que te retires o que tu trabajo no servirá para salir a flote.
Mejor olvídate de ellos y cuanto más lejos mejor.
A Rafa Nadal le dijeron que era un tenista de tierra, que nunca ganaría en otras superficies como hierba o pista dura.
Ríete de ellos.
Yo lo que te recomiendo es que te sientas arropado por tu familia o tu equipo.
No es fácil. Porque incluso ellos puede que no tengan tu misma visión. O te hagan echar las campanas al vuelo con una euforia desmedida ajena a la realidad.
Simplemente debes ser constante y paso a paso lograr tus objetivos, lo que para unos será ganar otro Roland Garros o Grand Slam, para ti puede ser no echar a media plantilla, que tu mejor cliente no te deje por ir a la competencia, ganar ese cliente que te hará mejorar las cifras, crear un nuevo servicio o el lanzamiento de otro producto al mercado.
La lista es interminable.
Lo importante es no quedarse parado ni resignarse. Volver a la senda correcta no será fácil.
Es momento de cortar por lo sano y recuperarse para volver al primer nivel.
Necesitarás trabajo duro, tenacidad, actitud y con una de mis sesiones, objetividad y alguien que ha visto situaciones similares a la tuya para ayudarte, junto con tu equipo, a reflotar la empresa.
El apoyo es importante en los buenos momentos, pero mucho más en los malos.
Cambia el nombre entre las exclamaciones por el tuyo:
¡Vamos, Rafa! ¡Vamos XXXX!
No habrá miles de personas aclamándote o apoyando, pero si quieres que tu empresa gane en competitividad, escríbeme o visita la página de ImpulCEO y vemos cómo tu empresa vuelva a estar en el top.
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