Ya lo decía Humphrey Bogart en la película Casablanca, “Siempre nos quedará París”.
No, No, No ha pasado nada terrible ni preocupante.
Simplemente es que ayer fue eliminado Rafa Nadal de Roland Garros.
Fue en primera ronda.
Que aclamen y aplaudan al perdedor una grada llena es digno de admiración.
Un respeto ganado a base de triunfos, un comportamiento ejemplar durante tantos años, un sacrificio y unas ganas por hacerlo bien inalterable.
Días de gloria que pasaron pero que todo el mundo recuerda.
La sombra de Rafa Nadal sigue siendo alargada.
El Rey de París lo seguirá siendo durante décadas. Tendrá que pasar mucho tiempo hasta que alguien logre lo mismo.
Su legado y recuerdo serán eternos.
Pero hoy no vengo a hablar de tenis.
Que ya sabéis que me encanta y soy muy fan,
Sino de una lección que vi al acabar el partido.
Cómo ganarse el respeto dentro y fuera.
Ya sea del campo o de tu empresa, ¿qué valores transmites a clientes, empleados o incluso competencia?
La gente en pie. Vítores, pancartas y gente llorando.
Para muchos, el balear ha dado momentos que serán inolvidables.
Una hazaña e historia al alcance de muy pocos.
Ya lo escribí hace meses “Tú, tu empresa y un extraterrestre: Rafa Nadal”
En millones de personas ha dejado una pequeña semilla.
Lo mismo me pasó hace unas semanas con un antiguo jefe.
Una persona de ésas que te marcan, dejan huella y se quedan grabadas a fuego en tu mente y corazón.
Difíciles de olvidar.
También pasa con profesores del colegio, de la universidad o con antiguos jefes de las primeras empresas en la que trabajaste.
Unos y otros se te quedaron grabados.
Lo mismo pasa con tus empleados.
Dependiendo del trato que les des, de tu forma de hablar, exigirles o darles con el látigo, acabarás siendo recordado positivamente o como un ogro.
Esto no va de darte una clase de mindfulness, coaching o cualquier nuevo método que se saquen de la manga.
Esto va de hacerte pensar cuando leas esto y llegues a la oficina.
El comportamiento que tengas con los demás.
Dicen que el karma existe.
Pues si es así, será mejor que lo vayas llenando de energía positiva.
Verás como los resultados llegarán.
Dinero llama a dinero.
Y, como la ley de atracción, los pensamientos positivos atraen resultados positivos.
Lo digo habitualmente: Aprende de los mejores. Vivimos en el siglo del talento y, saber reconocerlo pronto, es primordial para la buena marcha de tu empresa.
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