Imagina darle a un joven recién llegado, una responsabilidad crítica desde el primer día, confiando en que, a pesar de su inexperiencia, logrará cumplir con el reto.
Parece arriesgado, ¿verdad?
La historia que te voy a contar desafía las convenciones y demuestra que, a veces, apostar fuerte por el talento es lo que marca la diferencia…
Uno de mis lectores, buen amigo y compañero de clase de mi hija, con mucho talento, me comentó su experiencia en USA.
Resulta que había llevado a cabo un MBA en una escuela de negocios americana de las Top –creo recordar que fue Stanford– en cualquier caso, en su segundo año, tenían que hacer una experiencia en una empresa durante 6 meses.
A él le tocó una empresa de tecnología, y se presentó el día y la hora en la que le habían convocado.
Habló con la persona de RR.HH. que le puso en contacto con quien iba a ser su jefe durante los siguientes 6 meses.
Su nuevo jefe, durante la reunión de entrada a la empresa, le dijo que tenían que conseguir sacar una App de su modelo Web y que él debía hacerse cargo del proyecto.
Allí estaba: Joven, recién llegado, y sin idea de cómo llevar a cabo una App… Bueno, se puso a trabajar en el cubículo que le habían asignado y en un par de días, investigó lo que se necesitaba para hacer una buena aplicación para móviles.
Preparó un listado de recursos que necesitaba y se fue a ver su jefe que, después de leer el informe de necesidades que había redactado, le dijo que contara con ello.
El caso es que cumplió, terminó el proyecto en tiempo y en presupuesto –sí, eso también había tenido que calcularlo-, luego volvió a la Universidad, terminó su MBA y posteriormente, regresó a la misma empresa, ya como empleado y responsable de un grupo de trabajo.
¿Por qué os lo cuento? ¿Por qué es importante retener el talento?
Para que penséis si hubierais sido capaces de hacer lo mismo.
Confiar en alguien desconocido, bien es verdad que proveniente de una escuela de élite.
El talento requiere que se le ponga a prueba.
Que se confíe en sus capacidades y que se le de responsabilidad sobre lo que se le pide que haga.
Si no lo hacemos, nunca conoceremos el talento que tienen y les dejaremos que piensen…
- No valoran mi talento. ¡Me voy!
Al talento hay que cuidarlo y merece la pena confiar en ellos.
A las pruebas me remito.
Y no, no se quedan admirados porque eres el Jefe de todos. Más bien te miran a ver si les convences. No siempre es fácil.
Ten en cuenta que retener el talento no se trata sólo de ofrecer un buen salario o beneficios atractivos; se trata de confiar en las capacidades de tu equipo y brindarles la oportunidad de demostrar su valía.
No se trata de un riesgo sin fundamento, sino de una estrategia para cultivar los líderes que necesitas dentro de tu organización. Hoy sobran empleados, pero faltan líderes, cuando tengas uno escúchale y no lo estropees.
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