En el núcleo de cada empresa no están sólo sus productos o servicios, sino su gente. Las personas son el verdadero motor de cualquier organización y, por ello, es clave dedicar tiempo y esfuerzo en cultivar la cultura de empresa.
Me gustaría hablarte hoy de la Inclusión, un aspecto esencial del marco de Diversidad, Equidad, Inclusión y Pertenencia (DEIB).
La inclusión en el lugar de trabajo se trata de crear un ambiente donde todos los empleados se sientan valorados y motivados a contribuir plenamente a los objetivos de la empresa.
Aquí destacamos tres aspectos clave:
1. Creación de un sentido de pertenencia:
La inclusión implica más que diversidad; es asegurar que cada persona se sienta acogida y valorada.
Un ambiente de pertenencia aumenta el compromiso y la productividad.
2. Fomento de la autoexpresión auténtica:
Permitir que los empleados muestren su verdadero yo en el trabajo aumenta su capacidad para contribuir de manera única.
Esto conduce a una mayor creatividad y conexión dentro del equipo.
3. Participación activa e involucramiento:
La inclusión también implica asegurarse de que todos en la organización tengan voz en los procesos de toma de decisiones y en asuntos que les afectan.
Esto aumenta la moral y el sentido de pertenencia.
¿Por qué es importante la inclusión en la cultura de empresa?
En el actual entorno empresarial, fomentar una cultura inclusiva más allá de ser una buena práctica, es una necesidad estratégica.
Las empresas que adoptan un enfoque inclusivo no sólo son vistas como más atractivas para los mejores talentos, sino que también son más propensas a innovar y adaptarse con éxito a los cambios del mercado.
La diversidad aporta muchas visiones distintas que pueden promover la cultura de la innovación.
Trata de conseguir empleados de distintas procedencias, esto mejora la capacidad de ver cosas diferentes y pensar de manera abierta.
Ya lo decía Albert Einstein, “No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo.”
Prueba a escuchar ideas diversas y ejecutar pruebas que nunca antes habías hecho.
No te juegues la empresa en ello, pero dedícale un presupuesto prudente a probar, probar y probar.
Busca alguien distinto para liderar este esfuerzo.
No se lo pidas a tu sobrino porque no sabes qué hacer con él.
Te puedes estar jugando el futuro. Es importante hacerlo bien.
¡Ponte ya con ello!
No se trata sólo de cumplir con una lista de requisitos; es una forma de entender y hacer negocios que puede determinar el éxito.
Verás cómo tu empresa empieza a destacar no solo por lo que produce, sino por cómo lo hace.
Si gestionas bien el talento tendrás una gran empresa.
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